Cada vez que me pongo a pensar (para que mentir si sabemos todos que son pocas las veces), siempre me vienen todas esas ideas que al igual, me hicieron pensar alguna vez.
Como cuando hablaste de promesas que sabía que no cumplirías y no cumpliste, o tal vez cuando tus penetrantes miradas verdes resbalaban por mi piel...
No tengo más remedio que pensarlas y callar. ¿ Qué harás tu al respecto? Quizás, decirme que no recuerde esas cosas? Bien, pues empezaré por olvidar tus cálidas sonrisas, o cuando tus dedos acariciaban mi melena dorada o también, cuando me abrazaste por última vez, ya que, son pocos los buenos momentos que tuvimos juntos.
Lo que seguramente no se irá tan fácilmente de mi vida, serán todas esas noches con los ojos rojos, llorando en mi habitación, sola, maldiciéndote por haberme chillado o por haberme puesto la mano encima... Aunque al día siguiente, aparecieras en mi casa, con un enorme ramo de rosas y yo estúpida, perdonándote y intentando olvidar ese pequeño error.
Cuando me forzabas para que hiciese lo que querías o ir a donde a ti te apetecía mientras que yo, callaba y asentía.
Y crees, que yo no sabía que mientras me tenías a mi en mi casa , tu te ibas de fiesta y te lo montabas con la primera que pasaba. Lo sabia.
Sabía y se que eres un canalla, un estúpido, un imbécil... Pero insultarte no me sirve de nada ya que, no vas a poder recuperarme.
Ni a mi, ni al tiempo perdido.
Los moratones al paso del tiempo se desvanecen, los recuerdos tan fuertes como esos no.
