Ella es especial, me entiende. Si ahora me he vuelto loca, pues no, me escucha. Hace que me sienta mejor al verla, ella hace que las lagrimas no sepan tan amargas, y me cubre con su luz de plata para que los problemas, por lo menos, desaparezcan de mi cabeza antes de volver a la curda realidad.
La Luna, símbolo de misterio, de pureza, de oscuridad... Hay tantas palabras que la podrían definir...

La adoro.
Usurpadora de miradas sin sentido.
Nada se puede comparar con ella.
Acapara toda la atención en el cielo.
añañañañañ ajajaj
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