Lloro, sin saber porque, pero no tengo decidido mi destino.
Para que nací si todos me dicen lo mismo, aunque no sea con las mismas palabras, el mismo tono de voz...
¿ Porque no haces nada bien?
A lo que yo les respondo, con las típicas preguntas que llevo siempre en mente, que no tienen respuesta...
¿Realmente está justificada mi existencia?
¿ Debo seguir viviendo o acabo mi estúpida vida con un corte?
Si todos me odian tanto, realmente no me van a echar de menos si mi vida acaba en este instante.
Escribo estas palabras entre las lágrimas que expresan lo que jode realmente querer ser perfecta...
¿La verdad?
Soy la chica con más defectos en este mundo.
No voy a llegar a ser esa típica chica frágil, bonita, alta, delgada, simpática que nunca debe preocuparse por si se equivoca. La que nunca ha tenido errores los cuales le pesan en la carga; sin saber porqué quiero ser ese tipo de chica.
Cierro los ojos mientras las lágrimas recorren mis mejillas y manchan el papel con visibles gotas de dolor, sufrimiento, y pasan a ser tinta corrida en el papel; las letras no se entienden, pero el dolor sigue presente.
Callaré, no hablaré nunca más; cerraré los ojos para no hacer malas miradas; taparé mis oídos para no escuchar lo imperfecta que llego a ser; dejaré de respirar por si a alguien eso también le molesta.
Simplemente dejaré que mi alma muera.
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